Las espectaculares vistas que ofrece el Refugio de Muleta, en el Port de Sóller, son un gancho especial para los cada vez más caravanistas que utilizan esta alternativa como medio para realizar turismo por Mallorca. Pero la presencia de estos vehículos, más allá de la residencial fija que ha llevado a aparecer diferentes asentamientos en Palma, se ha adueñado también de espacios privilegiados como el de este rincón de la costa norte de la Isla.
Dormir en Muleta es un privilegio y el amanecer resulta un aliciente demasiado atractivo para sus ocupantes, que ocupan buena parte y en ocasiones la totalidad del espacio de aparcamiento destinado al Refugio, propiedad del Consell de Mallorca y que ofrece alojamiento a excursionistas y usuarios que, ante la presencia de las autocaravanas, se ven obligados en ocasiones a buscar estacionamiento fuera del recinto.
Eso provoca malestar entre quienes eligen el refugio, uno de los más emblemáticos de la Serra de Tramuntana, como zona de salida, llegada o parada intermedia en sus recorridos. La invasión de autocaravanas provoca ese malestar que no es nuevo y que irá a más a medida que avance la temporada turística y con la llegada del verano.
Además, se critica que los caravanistas hagan uso de los servicios que ofrece el Refugio de Muleta, además de privar del aparcamiento a sus usuarios, que en ocasiones se ven obligados a estacionar en el acceso al faro o en la carretera que llega al mismo. Incluso la disposición de estos vehículos, guardando anchos de espacio entre ellos para poder realizar actividades en su exterior, resta espacio de aparcamiento al resto de usuarios.