Apenas a unos metros del límite geográfico con Palma, del que les separa el cauce del Torrent Gros, los vecinos de la zona de Sa Nova Cabana, en Marratxí, han visto cómo en los últimos meses han llegado nuevos residentes de los que apenas tienen noticias e información. «Ni se les ve ni se les oye», dice uno de los habituales que pasea por la zona verde que discurre en paralelo al torrente.
Se trata de una colección de caravanas que aprovecha la gran cantidad de estacionamiento habilitado y, en muchos casos, ha huido de la amenaza de la polémica ordenanza cívica del municipio vecino, Palma, rebajada esta miércoles por parte del alcalde de Ciutat, Jaime Martínez, que ha anunciado que la normativa sancionadora hacia estos vehículos y sus ocupantes no será tan dura ni estricta como estaba previsto en un inicio.
«No pueden hacer vida fuera, ni sacar mesas o sillas, pero se les ve entrar y salir, tirar la basura... son gente discreta», comenta un vecino de Sa Nova Cabana, que al igual que el resto de presentes asegura que «no molestan para nada», aunque no ha dejado de sorprender el auge de su presencia, ubicándose, además, en lugares estratégicos como las proximidades de un punto de recogida de residuos.
Pero esa imagen se extiende a otros rincones próximos, también dentro del núcleo de Sa Nova Cabana y en las cercanías de un conocido supermercado y algunos centros deportivos. Ahí vuelven a aparecer concentraciones de autocaravanas, algunas de ellas con matrícula extranjera, que han encontrado un espacio de tranquilidad y seguridad, siendo una zona muy transitada durante el día, cuando sus moradores las abandonan para ir a trabajar.
Los colectivos de caravanistas ya advirtieron en Palma, a raíz de la propuesta de la futura ordenanza cívica, que trasladarse a municipios colindantes, como Marratxí, Calvià o Llucmajor, era una de las opciones que manejaban, siendo la primera una de las más factibles por la proximidad geográfica con Palma de núcleos como Sa Cabana, el Pont d'Inca o Sa Nova Cabana, aunque estos vehículos también han sido vistos en otros lugares como Sant Marçal o Pòrtol.
El blanqueamiento que se está haciendo de estas infraviviendas es miserable.