Consell ha vivido este domingo una jornada soleada y vibrante en su tradicional Fira de Tardor. La Plaza Mayor ha estado abarrotada de vecinos y visitantes que no han querido perderse la cita más esperada del municipio en esta época del año. La gran novedad ha sido la presencia de la calle Rector Nadal Munar, convertida en un auténtico escaparate de oficios antiguos gracias a la participación de artesanos locales, algunos de ellos jubilados, que muestran trabajos ya en desuso como los espardenyers, los cordadors de cadires y los cuchilleros.
El ambiente festivo ha sido palpable desde primera hora de la mañana, cuando comenzaron a instalarse los expositores. Marga Llabrés, una de las organizadoras del evento, ha destacado que «toda una calle está dedicada al producto local y a los artesanos», subrayando que la propuesta fue posible gracias a una subvención del departamento de Promoció Econòmica del Consell de Mallorca. Unos 14 expositores han llenado la calle, atrayendo a curiosos interesados en aprender sobre los oficios tradicionales que, poco a poco, se han ido perdiendo en la isla.
La Fira no solo ha sido un punto de encuentro para los amantes de la artesanía, sino también para los aficionados al vino y la gastronomía local. En la Plaça Major y en la calle Districte de Ca na Rossa, la Fira del Vi y la Gastronomía ha ofrecido una muestra de productos locales, con la participación de 11 bodegas de vino y 9 bares del municipio que ofrecieron sus platos más representativos. Entre las actividades más destacadas del día, el concurso de pastoreo, celebrado por la mañana, y la tradicional ‘ballada popular’, que ha congregado a un gran número de personas a las 12 del mediodía, quienes se unieron a las danzas tradicionales al ritmo de la música folclórica.