Fornalutx ha celebrado este viernes la tradicional 'Baixada del Bou', que ha transcurrido sin ningún tipo de incidente. El recorrido fue el mismo de 2023, que se recuperó unos años atrás junto con el nuevo formato de la fiesta. Hay que recordar que antes de la entrada en vigor de la Ley balear de Protección Animal, se soltaba un novillo de lidia, actividad que se tuvo que reinventar retomando el formato antiguo.
Así, el 'bou' llegó otra vez hasta la plaza de Fornalutx por el camino de Tramuntana, que termina en las escalinatas de la iglesia. En este caso el buey manso era un animal enorme de casi 600 kilos de peso y estuvo conducido por los colaboradores de la organización. El público lo recibió con aplausos y posteriormente fue coronado con laurel por la joven Mariona Marroig Morell.
El recorrido, que ha empezado puntual a las ocho de la mañana, se ha alargado durante media hora. Una vez finalizado el festejo fue devuelto a sus pastos de la ganadería bovina de Manacor de donde procedía. El bou se llamaba Huligan y era procedente de l'Associació de criadors de bestiar boví de raça mallorquina, una raza recuperada hace cuarenta años.
Una vez más, la fiesta transcurrió de forma muy tranquila, y con público que era mayoritariamente del pueblo y de la vecina localidad de Sóller. La Guardia Civil la seguridad ante posibles protestas de grupos animalistas, que se oponen al mantenimiento de esta tradición.
La organización Progreso en Verde, hizo pública su protesta en redes sociales, aunque publicando una imagen del formato antiguo, que ya no se celebra, y refiriéndose a la fiesta como 'correbou' cuando en realidad ya no se trata de un encierro.