La masificación es, definitivamente, el tema de este verano en Mallorca. La sensación de malestar e incomodidad cunde en la sociedad balear y se deja notar en forma de playas abarrotadas, carreteras atascadas, calles intransitables, colas en tiendas y negocios, listas de espera en restaurantes, precios desorbitados y vivienda inaccesible. Pero es que la saturación llega incluso al mar, hasta hace poco símbolo de infinitud y soledad.
«Este fin de semana, en la playa des Carbó, nos encontramos no solo con un número desorbitado de barcas, sino que además llegan hasta casi la orilla. Es una animalada», denuncia Malena Isern, de SOS Residents, plataforma creada para luchar contra la masificación turística. «De hecho, yo misma me estaba dando un baño y una barca casi me pasa por encima», asegura Isern, quien hizo fotos y vídeos para denunciar la situación. «Con lo peligroso que es tener barcas, a 5 o 10 metros de la arena de la playa, es increíble que no se haya tomado alguna medida. Supongo que, hasta que no haya una desgracia, nadie hará nada», alerta.
Desde la Asociación de Navegantes ADN Mediterráneo hacen hincapié en que «la normativa es clara. Exista o no balizamiento, algo que depende de los ayuntamientos, existe una zona franca en el mar, una banda litoral paralela a la costa, de 200 metros de ancho en playas y de 50 metros en rocas o acantilados, en la cual la navegación está prohibida para garantizar la seguridad de los usuarios de las playas y especialmente de los bañistas», explican.
«En cualquier caso, tras ver y analizar las imágenes y comprobar que la orografía de este lugar impide la aplicación de dicha norma, sí parece que varias de las embarcaciones fondeadas lo hacen prácticamente sobre los bañistas, y para acceder o salir de allí utilizan hélices de sus motores, por lo que pedimos sentido común, que se revise bien si hay bañistas alrededor de la embarcación antes de encender motores y dar marcha, que no se navegue a más de 3 nudos de velocidad y que estas acciones aisladas en zonas puntuales no sean el motivo de culpabilizar al colectivo del resto de navegantes por la mala praxis de unos pocos», concluyen.