Los vecinos de Sant Llorenç participan en un proyecto europeo para crear herramientas de gestión de catástrofes naturales. Así se hace un llamamiento a los ciudadanos para que relaten como vivieron el trágico episodio de la torrentada del 9 de octubre de 2018. Se trata de encuestas de carácter personal para saber cómo lo recuerdan, con que información contaban en aquel momento, si eran conscientes del riesgo al cual estaban expuestos o si cambió su mentalidad tras el desastre. El objetivo de esta iniciativa es implementar nuevos sistemas de alerta temprana, detectar las necesidades, prevenir riesgos y acompañar a la población.
La Direcció General d'Emergències e Interior junto con el RiscBal (observatorio de riesgos naturales y emergencias integrado por el Govern, la Fundación Universidad-Empresa de las Illes Balears y la Universitat de les Illes Balears) han presentado esta iniciativa que está enmarcada en el proyecto C21IMPRESS, proyecto europeo que desde la UIB en colaboración con la Université Grenoble Alpes (UGA) y el Royal Melbourne Institut of Technology pretenden analizar el comportamiento de la población durante un episodio de inundación. La idea es extraer información científica a la vez que se detecta las necesidades para avanzar y prevenir riesgos y actuaciones como protocolos de evacuación en casos de avisos de alerta temprana y hacer un acompañamiento a la población cuando esté implementado.
Desde Emergències explican que si se es capaz de estudiar los comportamientos de la población por franjas de edad y movilidad se puede extraer información muy valiosa para delimitar cual sería el comportamiento previsto de la población en caso de que se decretara la alerta roja temprana por inundaciones. «Se trata de saber cómo actuaría la gente del pueblo y crear una sistema de alerta que esté adaptado a ellos. No hacer que los ciudadanos se acerquen a nosotros sino al revés, ser nosotros que nos acerquemos una vez entendidas sus necesidades», ha asegurado el director d'Emergències, Sebastià Sureda.
El alcalde de Sant Llorenç, Jaume Soler, por su parte ha destacado que «aunque los desastres son difíciles de prever hay que estar preparados para saber de que manera se tendría que actuar en el caso de que ocurrieran nuevos episodios de inundaciones». Así ha valorado de manera muy positiva esta iniciativa. Se prevé acabar con unas 300 encuestas, que se hacen de manera presencial y por internet, a finales del mes de agosto y tener las conclusiones en noviembre.