Numerosos vecinos de la zona de Es Puig Verd y Sa Coma, en el municipio de Bunyola, se han encontrado con una inesperada sorpresa al ver cómo el acceso desde la carretera que une Palmanyola y Santa María ha sido cerrado de manera unilateral, impidiendo el paso a residentes y demás tráfico rodado en una zona que es de paso hacia el Hospital Joan March.
Dos bloques de hormigón se han instalado junto al nuevo parque infantil, bloqueando el paso a la vía que conduce al centro hospitalario. Desde el Ajuntament de Bunyola confirmaron que no tienen potestad para intervenir al ser una zona no recepcionada por el consistorio, quedando su gestión en manos de la Junta de Compensación, que reúne a los vecinos de Es Puig Verd.
El argumento esgrimido es la gran cantidad de vehículos de no residentes que usan esa zona de paso hacia la urbanización de Sa Coma o el Hospital Joan March, en especial los que proceden de Santa María o de la carretera vieja de Bunyola. De la misma manera, esta medida se toma por las altas velocidades que algunos de ellos alcanzan y que hace peligrosa la circulación en una vía estrecha, por la que ha pasado regularmente la línea 303 del TIB, que une Palma con el Joan March, y que ha desviado su ruta por el acceso desde la rotonda de Raixa, que sigue abierto.
La gran cantidad de turistas que alquilan viviendas en la zona, las personas que acuden a trabajar a las mismas (jardineros y demás servicios) y los vehículos que buscan acceder a las numerosas obras en marcha se han visto sorprendidos por esta medida, que concentrará toda la circulación en la vía que conecta la carretera de Sóller con Sa Coma y el Hospital Joan March.