Los ayuntamientos de Muro y de Santa Margalida están trabajando de manera coordinada en un ambicioso proyecto que permita poner en valor las antiguas canteras de marés que abundan en ambos municipios vecinos. Se trata de explotaciones que llevan muchas décadas abandonadas pero cuya huella es perfectamente visible en el paisaje de rocas talladas con formas rectilínias para confeccionar las piezas de marés, un material de construcción tradicional en Mallorca y muy presente en los cascos urbanos de Muro y La Vila.
Los dos ayuntamientos han presentado esta iniciativa a la convocatoria de ayudas procedentes de la recaudación del Impuesto de Turismo Sostenible (ITS) con el fin de buscar financiación para la redacción del proyecto. Hasta que esto ocurra y algún equipo técnico presente una propuesta más detallada, a grandes rasgos la idea que comparten es recuperar estas canteras, cuyas paredes talladas actualmente apenas son visibles por la invasión de arbustos y maleza que se ha producido con los años de inactividad; crear un recorrido para las visitas de residentes y turistas; adaptar espacios que puedan albergar eventos culturales, como un auditorio al aire libre, y finalmente, construir un centro de interpretación sobre la historia de las canteras de marés y de los oficios relacionados con esta actividad que tuvo su auge el siglo pasado.
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El Ajuntament de Muro dispone para ello de la cantera de Sant Antoni, que ya es de su propiedad. Es un solar de unos 12.200 metros cuadrados que adquirió en 2011 mediante una expropiación, con un coste de 780.000 euros, tras calificar los terrenos como zona verde. El alcalde de Muro, Miquel Porquer, explica que «la idea es que las canteras de Sant Antoni y de Vernissa estuvieran intercomunicadas, compartiendo espacios como un auditorio y un centro de interpretación, pero primero necesitamos financiación para redactar un buen proyecto».
Por su parte, el Ajuntament de Santa Margalida ya comenzó su hoja de ruta con la cantera de Son Real, una explotación a cielo abierto situada frente al mar, entre Can Picafort y Son Serra de Marina. Hace unos años, se encargó de su limpieza y restauración, dentro de un plan para poner en valor distintos elementos patrimoniales de su costa gracias a una subvención concedida por el Estado como compensación a los destinos turísticos afectados por la quiebra del touroperador Thomas Cook. La cantera de Son Real se puede visitar libremente.
El Ajuntament de Santa Margalida quiere ampliar el proyecto con la compra de la antigua cantera de Vernissa, una negociación que se remonta a 2021 y que todavía no se ha materializado. Es una extensión de unos 50.000 m2, pero con mayores condicionantes administrativos, pues buena parte de la franja que une Can Picafort y Son Serra de Marina está dentro del dominio público regulado por Costas, o bien está protegida por el Govern como ANEI (área natural de especial interés). El alcalde, Joan Monjo, ha visitado las Pedreres de Líthica, en Ciutadella, en las que se inspira la idea.