Una mujer de «pinyol vermell». Así es Montse Ferrer (1943), pionera y adelantada a su época que tomó las riendas de su vida y entró al mundo laboral por la puerta grande convirtiéndose en todo un referente en el mundo empresarial. Ella lanzó al mundo una de las industrias insignias de Manacor, las perlas Majórica. Su trabajo como secretaria de alta dirección y relaciones públicas marcó un antes y un después para la empresa y también para la Part Forana en general, que se abrió al turismo de su mano. Valiente y decidida a sus 80 años sigue teniendo las cosas muy claras. En 2022 fue declarada hija predilecta de la ciudad.
Trabajó en un mundo de hombres cuando nadie lo hacía. ¿Sintió alguna vez que este hecho le suponía un esfuerzo extra?
Nunca. Desde el primer momento me sentí una más del equipo, respetada y además cuidada. Siempre lo normalicé y eso ayudó.
¿Cómo empezó su aventura?
Fue mi madre la que me avisó que buscaban a alguien para el puesto de secretaria de dirección y decidí probar suerte. Hicimos algunas pruebas de actitud y finalmente me cogieron a mi. Sabía que tenía que aprovechar esta oportunidad y no lo dudé.
Su trabajo suponía muchas horas fuera de casa, ¿cómo conciliaba con su vida familiar?
Es cierto que viajaba mucho y eso me quitaba tiempo para mi familia pero también lo es que me hacía sentir bien, fuerte e independiente. La conciliación se hacía como se podía, recuerdo que cuando alguna noche no estaba en casa llamaba a mi hija para contarle un cuento antes de que ella se acostara, fuera la hora que fuera en el país donde yo estaba.
Coincidió con numerosas personalidades destacadas, ¿recuerda alguna en especial?
Depende de que consideremos importante. Nunca he ido detrás de nadie y siempre he tratado igual a todo el mundo.
¿Se considera una mujer pionera?
Sí, diría que lo fui. Además de un referente para algunas de las más de 130 que trabajaban conmigo en las tiendas de Majórica o como ‘perleres'.
¿Le supuso críticas en su momento?
¡Y tanto! Sabía que mucha gente hablaba de mi y no veía con buenos ojos que trabajara, y menos, rodeada de hombres. Pero a mi me gusta la vida de verdad y vivirla con intensidad.
¿Cómo se definiría?
Soy una mujer con un carácter abierto y sobretodo, sin prejuicios. Mis padres siempre me decían que les causaba más dolores de cabeza que mi hermano pero que sabían que fuera donde fuera me defendía con valentía.
¿Se considera feminista?
Creo que una mujer debe estar siempre y en cualquier circunstancia muy segura de sí misma. De esta manera puede afrontar cualquier reto.
¿Se ha sentido discriminada por el sector feminista de Manacor?
Bueno, nunca me invitaron cuando surgió «el movimiento de las perleres» pese a mi papel en la empresa.
¿Qué consejo le daría a las nuevas generaciones?
Que luchen por lo que quieran sin prejuicios, pese a que a día de hoy siguen existiendo demasiados.