El municipio de Calvià tiene un problema con los árboles urbanos. Por ello el Ajuntament impulsa un plan de choche para atajarlo de raíz. El equipo de gobierno (PP-Vox) ha preparado un ambicioso plan para poner punto y final a una situación molesta y peligrosa, que tiene levantadas muchas aceras en Magaluf, Palmanova o Santa Ponça. Los árboles que fueron plantados hace tres o cuatro décadas han ido creciendo en su tronco y en sus ramas, pero también en sus raíces. Y ello está provocando desde hace algunos años destrozos que resultan evidentes a simple vista, pero que también acontecen bajo tierra, cuando se enmarañan entre las tuberías que dan servicio a los calvianers.
En los presupuestos de 2024 el consistorio incluirá una partida destinada a cambiar el arbolado existente y arreglar los desperfectos causados por sus enormes raíces. La problemática, en mayor o menor medida, afecta al 80% del arbolado urbano, según los cálculos elaborados por Joan Thomàs, responsable de Vies y Obres. De hecho, muchas de esas raíces enganchadas bajo tierra requieren de un trabajo «quirúrgico» para poder desenredarlas.
Thomás ha explicado que la solución no es sencilla ya que «los árboles que no echan raíces de gran volumen, como pueda ser el caso del naranjo, sí provocan un mayor volumen de suciedad». Por ello, desde el Ajuntament apostarán por una iniciativa que ya han adoptado otros muchos municipios de España, y que pasa por la instalación de grandes jardineras en buena parte de las calles y plazas calvianeras. "Perdemos altura y frondosidad, pero ganamos seguridad mientras evitamos en un futuro problemas como los que tenemos ahora», sostiene Thomás.
En la avenida Jaume I de Santa Ponça se contabilizan hoy 75 árboles enfermos en apenas 700 metros de distancia, lo que obligará también a una intervención inmediata. La idea es mantener importantes partidas en sucesivos ejercicios hasta haber completado, en esta legislatura, una renovación de la mayoría del arbolado urbano existente en el municipio.