La Guardia Civil ha denunciado ante la Agencia Estatal de Seguridad Aeronáutica (AESA) a los cuatro pilotos de los helicópteros que el pasado 10 de agosto aterrizaron por sorpresa en una finca privada de la Colònia de Sant Jordi, en Ses Salines. El equipo Pegaso, policía especialista en gestión aeronáutica y seguridad operacional de aeronaves, ha sido el encargado de realizar la investigación a raíz de la denuncia de los vecinos y de la noticia que publicó en exclusiva Ultima Hora. Una pesquisa que ha confirmado que los pilotos no contaban con la autorización pertinente para realizar el aterrizaje.
Así, queda demostrado que los pilotos incumplieron la normativa en cuanto a la seguridad operacional, a la existencia de cableado y viviendas cercanas y al no comunicar a la autoridad competente su aterrizaje al estar en una zona de afección aeronáutica, ya que a menos de 8 kilómetros se encontraba el aeródromo de Ses Salines, zona donde sí está autorizada el aterrizajes de este tipo de aeronaves.
Tras esta denuncia, ahora, la empresa propietaria de los helicópteros, que presentaban bandera suiza, se enfrentan a sanciones que pueden llegar hasta los 225.000 euros.
La normativa por la que se regula la actividad de los helicópteros civiles es muy concreta. Sólo pueden aterrizar y despegar en los aeródromos, helipuertos o helipuertos eventuales especialmente autorizados. Así pues, no pueden hacerlo en el interior o en las proximidades de las aglomeraciones urbanas o inmediata vecindad de aeródromos, con excepción de los casos en que se efectúen operaciones de salvamento, de transporte sanitario de urgencia o preventivos de accidentes.
Indignación vecinal
El caso de los helicópteros causó revuelo entre los vecinos de la localidad costera de Ses Salines dado lo sonado de la situación. Cabe recordar que de estas cuatro aeronaves salieron una quincena de personas que «se pusieron a beber como si fuera lo más normal del mundo», como relataron a este periódico los mismos vecinos. Según los testimonios del caso, eran americanos llegados desde Ibiza para pasar cuatro días en Mallorca y estaban brindaron con champagne cuando les interpeló la Policía, que en estos momentos, no pudo hacer nada por no estar concluida la investigación.
Los helicópteros se marcharon un día después de su aterrizaje pese a que tenían previsto quedarse en la Isla cuatro días. Una vez recabados datos e informaciones de los aterrizajes de las aeronaves el equipo Pegaso de la Guardia Civil ya ha dado cuenta de todo ello a AESA.