A partir de mañana, el Ajuntament dará cumplimiento al decreto de alcaldía anunciado el lunes y suspenderá completamente el suministro de agua potable a los núcleos de población situados fuera del casco urbano, así como a las casas aisladas que tienen acceso a la red y a los grandes consumidores, como algunos establecimientos turísticos. El suministro continuará de momento sin cortes en el núcleo urbano, aunque con las restricciones vigentes.
Aunque casi cada verano el municipio aprueba restricciones para garantizar el suministro a la población y transporta agua desde Palma, en esta ocasión se suspenderá totalmente el servicio. En todo caso, la suspensión afecta a los núcleos de población que se conectaron a la red pública con posterioridad a la canalización del agua potable en Deià, que no fue una realidad hasta los años 90. Desde entonces el consumo se ha disparado en verano hasta los 600 metros cúbicos diarios, y en estos momentos el Ajuntament solamente dispone de 170 metros cúbicos al día de su propiedad. El alcalde, Lluís Apesteguía asegura que este año ya casi no hay dinero para comprar más agua.
La mayoría de los inmuebles afectados disponen de cisternas y depósitos que llenan con cubas de agua adquirida en otros municipios.
Agua reciclada
Desde la oposición, Xisco Salas (Per Balears) ha reclamado al equipo de gobierno la urgente puesta en marcha de un proyecto para utilizar agua reciclada procedente de la depuradora. Salas recuerda que «cada día vertimos en Sa Cala toneladas de agua que con una depuración terciaria serviría para regar jardines y para limpieza de zonas públicas y a la par se reduciría un vertido que a veces ocasiona problemas».