Las obras de reforma del centro histórico de Artà, iniciadas en noviembre de 2022, han acabado, con meses de retraso. Esta remodelación, que es una apuesta por la movilidad sostenible, supondrá un cambio importante en los hábitos de vida de los residentes como son cambios de circulación, reordenación del tráfico o restricción del acceso rodado a los vehículos domiciliados en la zona y alguna excepción como vehículos de emergencia y mercaderías. Esta propuesta ha levantado polémica, mucha expectación y algunas quejas entre la población. Así se constató en la reunión informativa convocada por el Ajuntament en la Sala de les Voltes de Na Batlessa, que desbordó todas las previsiones iniciales. Más de 200 personas asistieron a la convocatoria en donde se dejó constancia de la preocupación y del malestar de algunos vecinos.
El alcalde, Manolo Galán presentó, en esta convocatoria, los cambios que «permitirán tener un núcleo antiguo con menos coches y más espacios para los peatones». Admitió que «es verdad que las obras se han alargado y que se han sucedido una serie de problemas que no se habían contemplado». Es por ello que el Ajuntament ha habilitado un correo electrónico (proposa@arta.cat) para que la ciudadanía pueda hacer llegar sus propuestas y reflexiones sobre este tema. Una vez recibidas y analizadas el equipo de gobierno hará una valoración al respecto.
Con la reforma se han implantado dos nuevas zonas ACIRE (en un tramo de la calle Rafel Blanes). Sólo podrán circular los vehículos que previamente hayan solicitado a la Policía Local la tarjeta ACIRE. Podrán pedirla los propietarios de los coches domiciliados en el ámbito de esta zona. También vehículos de emergencia o los cargas y descargas para las mercaderías. Se analizará cada caso en concreto». También anunció que «probablemente se tendrán que instalar cámaras para el control».