El mal estado de la vía de acceso al Hospital Joan March desde la nueva rotonda de Raixa, en la carretera de Sóller, ha provocado algún que otro susto entre los numerosos usuarios de la vía y vecinos, que han visto cómo en los últimos meses el asfalto se ha deteriorado en algunos tramos, especialmente los próximos a los clubes hípicos de Son Molina y CEEM, aunque las deficiencias en el pavimento van más allá, haciendo incluso peligroso el tránsito.
La vía, que transcurre por el Camí de Caubet, en el municipio de Bunyola, cuenta con una notable tasa de circulación, pues a los vecinos de la zona cabe unir el personal sanitario y de servicios que tiene como destino el Hospital Joan March, sin dejar de lado a los familiares de pacientes y otras personas que requieran el acceso al centro sanitario.
A ello se unen vehículos de emergencias como ambulancias e incluso fúnebres que prestan servicio en el sanatorio, sin dejar de lado otros pesados como camiones debido a las obras que se realizan en la zona de la Urbanización Sa Coma o en las proximidades del propio Hospital, junto a la línea regular de autobús (TIB 303) que pasa por esa zona y la une con Palma y Bunyola.
A esas deficiencias en el asfalto cabe unir otras técnicas como un espejo roto e inexistente desde hace meses en el peligroso cruce entre la Urbanización Sa Coma y el Camí de Caubet, que da acceso ya único al Hospital Joan March, y que fue notificado en su día por los vecinos al Ajuntament de Bunyola. A ello, cabe unir la presencia de un paso a nivel sin barrera, señalizado y con semáforo, pero con escasa iluminación nocturna.