Tras la progresiva desaparición de los colchones o almohadas de lana, la comercialización del vellón de las ovejas ha caído en desuso en Mallorca. El año pasado solo se dio un uso comercial a 140 toneladas de lana, lo que supone menos de la mitad de la cantidad que se esquila en la Isla. Dar un uso comercial o industrial a este material centrará la jornada que organiza mañana Mallorca Rural en el Museu del Calçat de Inca y en la que valorarán como dar nuevos usos a este producto a nivel industrial.
«Actualmente toda la lana se vende fuera, ya que aquí este producto no puede competir para darle un uso textil porque en Mallorca no hay un sitio donde poder lavarla. El hecho de tener que llevarla a la Península hace que no sea un producto competitivo», explica la técnica veterinaria de la Associació de Productors d'Agricultura Ecològica (Apaema), Magdalena Adrover, autora del informe sobre la situación de la lana en las explotaciones de la Isla.
Adrover explica que en el informe que se debatirá mañana se muestran «alternativas esperanzadoras» para el uso de la lana como puede ser aprovecharla como aislante en la construcción o darle usos agrícolas como fertilizantes y compostaje. Adrover también analiza la posibilidad de crear un rentador en la Isla, aunque es un proceso muy «contaminante», asegura.