Las cabras asilvestradas que habitan en las estribaciones de la Serra de Tramuntana en Andratx parecen inmunes a la ola de calor que azota estos días la Isla.
Como viene siendo habitual en los últimos años, decenas de ejemplares han bajado de las montañas hasta zonas de residenciales del Port d'Andratx, Sant Elm y Camp de Mar para buscar alimento en los jardines de chalets y viviendas unifamiliares lindates a espacios naturales.
Sin ningún recato invaden espacios públicos y propiedades privadas para darse sus particulares festines a base de macetas y setos ante la estupefacta mirada de vecinos. No pocos de ellos se llevan tremendos sustos al escuchar ruidos extraños en el jardín y, al salir al exterior, darse de bruces con un macho cabrío de espectacular cornamenta.
Se han habituado tanto a deambular por zonas residenciales que la presencia de humanos no les asusta en absoluto. Tampoco la circulación de automóviles y muchos de ellos deben detener su marcha.