Aunque estudió Derecho, desde el año 2008, Guillem Febrer (Manacor, 1973) es el gerente de la entidad Estel de Llevant, una asociación sin ánimo de lucro que trabaja para preservar y mejorar la salud mental de las personas de la comarca del Llevant. Este año, la organización cumple 25 años.
¿Qué supuso la creación de Estel de Llevant hace 25 años para las personas con una enfermedad mental?
— Estel de Llevant se creó en el año 1996 porque en Manacor no existía ningún recurso para la salud mental, tan solo había un psiquiatra en el centro de salud y la única opción era el ingreso en el psiquiátrico. Faltaban recursos sociales y sanitarios y un grupo de familias decidió impulsar esta entidad para que los usuarios pudieran tener un lugar al que acudir y salir de sus casas. Al principio, se ofrecían talleres una vez por semana y, poco a poco, el proyecto creció. Hace 25 años se sembró la semilla de lo que es ahora Estel de Llevant.
¿Cuáles son los servicios que se prestan a los usuarios?
— Tenemos un itinerario de servicios que dan respuesta a las necesidades de las personas con problemas de salud mental y que abarcan desde la vinculación de las personas en situación de pobreza a la red sanitaria hasta la formación dual, pasando por la inserción laboral o la prestación de apoyo a la vivienda o la vivienda tutelada. Pero la filosofía de Estel de Llevant es ayudar a las personas en su proyecto de vida. Estas asistencias son las que utilizamos para que lo puedan alcanzar.
¿Cómo ha afectado la pandemia a la salud mental?
— Negativamente, claro. Mucha gente está peor de lo que estaba antes de la pandemia. Vivimos momentos muy duros durante el confinamiento y hay personas que lo han sabido afrontar mejor que otras, aunque todos hemos tenido problemas de salud mental en estos dos años. Sí que es verdad que para algunas personas esta situación ha podido ser el desencadenante de una situación previa y ha provocado un brote. De hecho, los suicidios se han multiplicado por tres y en Estel de Llevant, que tratamos con problemas de salud mental graves, empezamos a recibir personas que lo han pasado mal durante la pandemia y estos casos, seguramente, aumentarán dentro de medio año.
Entonces, ¿son necesarios más recursos?
— Creo que lo que falta es repensar los recursos que hay. Nos tenemos que preparar par dar una respuesta al aumento de la cantidad de personas con problemas de salud mental y esto no se consigue solo con más presupuesto o más personal destinado a ello. Es necesario desburocratizar y flexibilizar los servicios para que las personas que los necesitan los tengan más al alcance. También es necesario convertir la comunidad en el espacio natural de atención. No tenemos que esperar a que la gente venga a nuestros despachos, sino que debemos ser nosotros quienes vayamos a sus casas, colegios o club de tenis Es necesario repensar y reorientar recursos en este sentido.
Y a nivel social... ¿hace falta más pedagogía sobre la salud mental?
— Sí. Pero más que pedagogía diría que hace falta un cambio de paradigma. Hasta ahora trabajamos más para la enfermedad mental que para la salud mental. De hecho, el cien por cien de los usuarios de Estel de Llevant tienen un diagnóstico médico y tenemos que conseguir trabajar para la salud mental de todos. El factor común entre todos los ciudadanos es la salud mental, porque una persona puede tener un diagnóstico de esquizofrenia, pero sigue teniendo salud mental. Es igual que la gente que va al gimnasio. Algunos van porque tienen algo que les duele y otros, simplemente, por encontrarse mejor. Con la salud mental debe pasar lo mismo.
Hace poco se puso en marcha el proyecto de infusiones y tes t'Estim. ¿Qué balance hace?
— Es un proyecto muy joven que arrancó hace medio año y que ha tenido muy buena acogida. Se combina la formación dual de jóvenes sin diagnóstico mental y otros que sí lo tienen y es un trabajo que tiene el valor añadido de poder ver un producto de calidad como resultado y esto es un plus de satisfacción.
Este año Estel de Llevant cumple 25 años, ¿qué actos se han programado?
— De momento hemos impulsado una campaña mediante la que se han colocado banderolas por Manacor con diferentes deseos que nos gustaría que se cumplieran y tenemos planeado recuperar la cena solidaria. Pero, sobre todo, lo que queremos hacer este año es agradecer a todas las personas, empresas y administraciones que han ayudado a que Estel de Llevant haya llegado hasta donde está.