Más de 70 voluntarios participaron este sábado en una limpieza del Camí Vell d'Alaró a Bunyola, a su paso por la finca es Cabàs, donde el camino permanece cerrado por la propiedad. El Ajuntament de Santa Maria lleva una década pleiteando por acreditar su titularidad pública, con una sentencia favorable en 2019 en la que la justicia avalaba su inclusión en el catálogo municipal de caminos públicos.
A las diez partieron de Can Borreó, convocados por la asociación Amics de la Vall de Coanegra y con la participación de diversas entidades como GADMA, la Colla de Gegants de Santa Maria, Amics de la Terra, Vianants Mallorca, Més que Pedra, personal del Ajuntament y de Protecció Civil. Entre todos, formaron una eficiente «brigada» de más de 70 personas, desde niños hasta mayores, como Rafel Canyelles, de 81 años, o Mateu Serra, de 84, que manejaban la azada con golpes certeros para arrancar matorrales, arbustos y acebuches. Entre los veteranos estuvo también Sebastià Capó, quien conoce las tierras de es Cabàs y los caminos que las cruzan como la palma de su mano, pues allí nació y pasó su infancia. Ellos reiteran la tesis municipal y de los colectivos que defienden que se trata de un camino público que unía Bunyola y Alaró, y que fue cortado con una barrera a su paso por la finca hace más de dos décadas. En 2010, un tramo fue destruido con el arado y se retiraron las piedras de las paredes o marges que delimitaban el sendero.
Reivindicación festiva
La limpieza de este sábado consistió en despejar un tramo de unos 120 metros que va desde Son Torrella hasta la barrera de es Cabàs, donde se ha ido llenando de vegetación porque la gente ha dejado de usarlo, al estar cortado el paso. Tras el desbroce, los asistentes clavaron el cartel de madera que identifica esta vía como «antiguo camino de Bunyola a Alaró». Guillem Ramis, miembro de Amics de la Vall de Coanegra y berbiquí en mano, señaló que «cada año después de esta marcha, a los pocos días desaparece».