Tan solo ocho personas se presentaron este sábado por la mañana a la protesta convocada en Inca contra la celebración de una comida de Vox en el patio del colegio público Miquel Duran i Saurina. A las 13:30 horas, tan solo Maria Llull, quien había convocado la protesta, había acudido a la cita. Luego llegaron algunos más, como la concejal de Unidas Podemos en Inca, Isabel Vallés, y el activista Manel Domènech.
Llull reconoció que «ha sido un fracaso sin paliativos, se hincharon las perspectivas en las redes sociales, pero continuaremos protestando contra la extrema derecha, que no debe estar en nuestros colegios». A escasos metros, unas 200 personas participaban en el Día de la Familia de Vox con banderas en el patio y paella a 2 euros. Allí se ha podido ver al líder de la formación, Jorge Campos, junto a otros miembros del partido en la Isla.
No es la primera vez que este colegio público se ve envuelto de polémica por la cesión del uso de sus instalaciones fuera del horario escolar a un partido político. En el año 2012 el entonces presidente del Govern, José Ramon Bauzà, amenazó con expedientar al aún director del centro, Pere Mulet, por ceder las instalaciones para un acto de Esquerra Republicana de Catalunya al que asistía Oriol Junqueras y el parlamentario de Bildu, Pello Urizar.