Todo un espectáculo. Los vecinos recuperaron ayer la ilusión y, la feria del mes de mayo, volvió a llenar de color, de artesanía, de música y sobretodo de vida las calles de la localidad. Después de dos años de pandemia, regresó uno de los acontecimientos más participativos y más esperados del municipio. «Estoy muy orgulloso de cómo ha recibido la gente este evento. Todos se han volcado en los diferentes actos». Así se expresaba el alcalde, Joan Rodríguez, que destacó la excelente acogida de la variada programación de la Fira-Espectacle que, este año, llega a su XXXV edición.
El pueblo fue un buen escaparate para mostrar todo aquello que se cuece en la localidad y, los comercios y los restaurantes se llenaron de clientes en un día en que el tiempo también acompañó. Las ganas de divertirse y la amplia oferta hicieron el resto. Como es tradición, a las 11.00 horas, en ses Escoles Velles, tuvo lugar el saludo de las autoridades y la interpretación de los himnos de ses Salines y el de Mallorca. El alumnado de la escuela de música y teatro y la coral de la Gent Gran de ses Salines y la Colònia de Sant Jordi cantaron estos himnos.
En toda la localidad hubo una atractiva oferta con un mercado artesanal que se instaló en la calle Batle Andreu Burguera Mut. La agricultura tuvo su espacio con una muestra de perros de caza y el concurso morfológico regional de perros pastores mallorquines. Asimismo, no faltó la demostración a cargo de la Agrupación de Cavallistes.
En ses Escoles Velles pudo visitarse la exposición de pinturas titulada Mar de colores. Una exhibición de gimnasia rítmica, muestra de baile o el concierto del grupo los Inhumanos, en la Plaça Major, completaron una jornada repleta de actividades para todos los gustos y edades.