Solo. Así quedó el PSOE, con el alcalde Toni Mir al frente, el jueves noche en la sesión del pleno que aprobó la moción presentada por el PP encaminada a agilizar la concesión de licencias urbanísticas en el municipio. El socialista fue el único partido que se opuso a la propuesta. Incluso sus socios de gobierno de Més y PI secundaron la iniciativa de los populares, evidenciando así, una vez más, la fractura interna, total, del pacto. La moción también concitó el voto favorable de los concejales de Unidas Podemos y Ciudadanos.
El único argumento que Mir –también regidor de Urbanismo– logró articular para justificar el «no» de su grupo fue la disconformidad con la intervención oral del edil del PP Jaume Porsell, encargado de defender la moción, puesto que, a juicio del alcalde, no se ajustaba a lo que rezaba el texto de la propuesta. Sin embargo, era el mencionado texto lo que se votaba. No las palabras de Porsell. La propuesta del PP secundada por Més, Unidas Podemos, PI y Ciudadanos incluía un sólo punto de acuerdo al que los socialistas se negaron: «Instar al Govern y al Consell a iniciar la modificación de la legislación y la normativa reglamentaria, para conseguir la agilización para poder acortar los plazos en la concesión de licencias de obras». Un acuerdo que, según el alcalde, «no es la solución».
300 irresoluciones
Según la moción presentada por el PP, ampliamente apoyada, existen aproximadamente 300 licencias urbanísticas pendientes de informes técnicos. «Promotores, constructores, arquitectos, etc, no entienden esta situación y comprueban que el ayuntamiento no hace absolutamente nada para solucionarlo».