Un grupo de okupas ha invadido la villa veraniega de los marqueses del Palmer en la Colònia de Sant Jordi, hoy propiedad de los descendientes de la penúltima poseedora del mencionado título nobiliario y que falleció en 2017. El inmueble situado en la avenida Primavera (junto al paseo del puerto, la principal arteria comercial y hotelera de la localidad) fue allanado hace unos meses por un grupo de individuos conocidos en ses Salines por haber okupado anteriormente otros inmuebles y cuyo perfil nada tiene que ver con el de una familia necesitada víctima de un desahucio bancario. El lugar se ha convertido en foco de menudeo y molestias para los vecinos y empresarios de la zona. Ello ha obligado a la Guardia Civil a tener que personarse en la casa, situada muy cerca de la playa de es Trenc y a escasos metros restaurantes y hoteles de cuatro y cinco estrellas a punto de arrancar una temporada turística que se presenta ya de por sí, cuanto menos, incierta.
Además de la invasión de una propiedad privada, los okupas se han dedicado a sustraer y vender los muebles que tenían algún valor. Al resto les han prendido directamente fuego. Todo, mientras los legítimos propietarios del inmueble no tienen acceso por ley a su propia vivienda familiar. Según ha podido comprobar in situ Ultima Hora, los okupas disponen de agua y están conectados de manera irregular al suministro eléctrico. Todas las barreras de acceso a la parcela ya no disponen de candado y se encuentran todas abiertas.
El alcalde de ses Salines, Juan Rodríguez (PP), muestra su «más total y absoluta beligerancia contra la usurpación de viviendas». El alcalde incide en que no se trata de gente necesitada, sino del allanamiento de una vivienda en uso en una localización veraniega. «Allanar una segunda residencia en uso es un comportamiento claramente ilegal», apunta Rodríguez, quien no oculta su malestar: «Me subleva la pasividad de las autoridades superiores y competentes en el asunto por motivos puramente ideológicos. Esta situación perjudica a los propietarios y a todo el municipio. Queremos soluciones ya», concluye el alcalde.
Punto de vista
Delincuencia sin necesidad
Juanjo RoigLos okupas suponen un peligro para las zonas turísticas que en temporada baja están casi desiertas. En este caso, no se trata de un grupo familiar necesitado por haber sido víctima de un desahucio bancario. La situación en la Colònia de Sant Jordi se ha repetido en otros enclaves costeros de Mallorca, con total impunidad. Estos delincuentes no dudan en ir más allá de la ocupación y arrasan con todo lo que haya en la casa.