La plaza de toros de Alcúdia no volverá a acoger espectáculos taurinos. El Ajuntament quiere cambiar el uso del ruedo más antiguo de Mallorca para convertirlo en un espacio sociocultural que dé servicio al tejido cultural, asociativo y juvenil.
Así lo ha confirmado la alcaldesa de Alcúdia, Bàrbara Rebassa, una vez ha concluido la concesión por la que una empresa ha gestionado durante años el espacio de titularidad municipal.
La plaza de toros de Alcúdia fue construida en el año 1892 en el baluarte de Sant Ferran de la muralla renacentista que data a su vez del sigo XVII. En su interior aún se puede reconocer claramente la garita de vigilancia que la identifica como un espacio de defensa militar. Se la considera así como la plaza más antigua de Mallorca. Tiene 1.037 localidades.
Dos festivales al año
Alcúdia es uno de los feudos taurinos históricos de la Isla. Tradicionalmente se celebraban dos corridas anuales, coincidiendo con las fiestas de Sant Jaume (25 de julio) y de la Mare de Déu d'Agost (15 de agosto). En los últimos años (como ha ocurrido en la mayoría de tendidos de Mallorca), la celebración de corridas de toros en el interior iba acompañada de manifestaciones antitaurinas a las puertas del coso.
Durante el último pleno municipal, la portavoz local delPP, Fina Linares, preguntó a la alcaldesa sobre las intenciones del Ajuntament, dado que el contrato con la concesionaria ya está extinguido. Recordó el interés patrimonial que tiene el espacio y manifestó su preocupación porque la «falta de mantenimiento» pueda pasar factura al conjunto.
«No vamos a sacarlo a licitación porque allí tenemos otro proyecto que ya os comentaremos», dijo entonces Rebassa. Aseguró que el Ajuntament se encarga del mantenimiento y que la plaza de toros «está bien mantenida y arreglada porque somos conscientes de que está en un lugar histórico».
La alcaldesa ha confirmado ahora a Ultima Hora que no se convocará el concurso y que, «aunque el proyecto definitivo está aún por definir del todo, para nosotros lo ideal es convertirla en un centro de actividades para las asociaciones y entidades culturales y, si es posible, habilitar locales de ensayo para músicos».
«Que no será más una plaza de toros es algo que tenemos claro, haremos un cambio a un uso sociocultural», dice Rebassa.
La alcaldesa explica que «aunque hay quien defiende que los toros son un bien cultural y que la ley obligará a mantener el uso taurino (nos entró un escrito en el registro el 12 de octubre), lo cierto es que la plaza no cumple la normativa». El Ajuntament sacó por última vez a concurso en abril de 2015 la explotación de la plaza de toros por un periodo de cuatro años a cambio del pago de un canon anual de 7.500 euros. El adjudicatario se comprometía a organizar a menos dos festivales al año y a mantener el condiciones el recinto. El Ajuntament se reservaba el derecho a organizar otros eventos de forma gratuita.