Mallorca vive un ‘boom' de tramitación de nuevas bodegas, muchas de ellas a cargo de inversores extranjeros. En la actualidad, solo alrededor de la comarca vinícola de Binissalem, están en marcha cuatro nuevos proyectos ubicados en Alaró, Sencelles y Santa Eugènia.
El más avanzado es el de la futura bodega Binivista, cuyas obras ya han comenzado en las inmediaciones de Biniali, en el municipio de Sencelles. El promotor es el danés Søren Svenningsen, quien ha optado por un modelo de negocio en el que se requiere ser miembro de un club para poder adquirir los vinos y participar en su proceso de elaboración, con una aportación de mil euros anuales. Además, la bodega apuesta por eventos específicos para el cicloturismo.
Otro de los proyectos en marcha actualmente es la transformación de las antiguas Vinyes d'Alaró en la futura bodega Olorón, tras la adquisición de las primeras por un inversor sueco. Situada en una ladera junto a la antigua carretera de Alaró a Santa Maria, en los últimos meses los antiguos viñedos se han ampliado con la replantación de Merlot y Cabernet Sauvignon en las terrazas más altas, tras la recuperación de los bancales, mientras que está proyectado construir unas nuevas instalaciones para la bodega. «En Alaró hay al menos dos bodegas en tramitación de promotores extranjeros», confirma el alcalde, Llorenç Perelló.
Impacto visual
De los proyectos en marcha en la comarca, el más polémico es el que promueve un inversor checo bajo la marca Boc de l'Arxiduc, en Santa Eugènia. El GOB ha criticado el «excesivo impacto paisajístico que causará y las dudas que genera sobre sus futuras actividades el hecho de que se construya un edificio de más de 12 metros de altura, cuando la altura máxima habitual son cuatro, y que haya pedido expresamente a Agricultura la exoneración de cumplir los parámetros urbanísticos», apunta Margalida Ramis.
La Comissió Balear de Medi Ambient ha dado por válido el estudio de impacto ambiental, pero el Ajuntament de Santa Eugènia considera el proyecto desmesurado. «No estamos en contra de que haya nuevas bodegas y negocios, pero no daremos el permiso si no se reduce el impacto urbanístico, debe armonizar con el entorno rural» afirma el alcalde, Pep Lluís Urraca.