Es el mediodía del sábado y es difícil poder aparcar en Deià. La calidez del sol parece ser el principal atractivo para un buen número de turistas que pasean por el pueblo. Más de cincuenta bicicletas se encuentran aparcadas cerca del Forn y se ve animación en Can Bernat o en las terrazas y tiendas. Pero para muchos vecinos en cierta manera se trata de un espejismo, ya que la afluencia no es comparable a la de otros años por la misma época. La apertura de es Molí y La Residencia, prevista si todo va bien para finales de este mes, marcará sin duda el punto de inflexión para animar la corta temporada. Sin embargo, igual que lo que ocurre en otros pueblos de la Serra de Tramuntana, flota la sensación de vislumbrar «el final del túnel» aunque sin saber muy bien lo que habrá al otro lado.
Los ciclistas que realizan el clásico recorrido por la Serra, pasando por Valldemossa, Deià, Sóller y siguiendo hacia Escorca y Pollença, son menos que lo normal por esta época, pero su presencia se deja notar cada vez que llegan a una de las poblaciones del recorrido. Los senderistas disfrutan de los caminos menos saturados de los últimos años, lo que sin duda también agradecen. No es un consuelo para los comercios que viven de ellos, pero la parte positiva es que esto es un punto a favor para que vuelvan otra vez.
En Valldemossa hay tranquilidad en la oficina de información turística, pero los fines de semana «hay bastante gente». Según los tenderos y cafeteros «no fa llarg» pero se ve animación en todas las terrazas. Disfrutar del sol tomando un café o un aperitivo y dar un paseo por las calles del pueblo nunca defrauda al visitante aunque los centros de atracción principales, como La Cartoixa, permanecen cerrados.
La plaza de Sóller también es una de las paradas obligadas para los visitantes de la Serra que la recorren en coche de alquiler o en bici. El tren, principal vía de entrada, sigue fuera de servicio. La plaza está muy animada, pero nada comparable con la efervescencia de un sábado de primavera «normal». Aun así las terrazas están completas y los comerciantes no se quejan. Hay olor de normalidad en la Serra.