El sector pesquero de Baleares está al límite. Tanto es así que ven peligrar la viabilidad de una profesión mermada durante años. Así lo aseguran los pescadores que se han alzado en pie de guerra ante la pasividad del Gobierno español por las nuevas restricciones europeas para las embarcaciones de arrastre en el Mediterráneo. Ante esta situación, plantean organizar paros puntuales en señal de protesta y dejar de abastecer a los mercados de pescado fresco.
La crispación se originó con la aprobación del reglamento de la Comisión Europea que ha sido ratificado sin reticencias por el Ministerio. Este fija que deben reducirse hasta en un 40 % los días de pesca para las barca de ‘bou'. Unas limitaciones que no tienen en cuenta ni el número de embarcaciones que faenan en cada territorio, los paros obligatorios que ya se efectúan, ni la media del esfuerzo pesquero. Ante esta situación, tanto los pescadores Balears como los de Catalunya y el País Valencià se han plantado. Las directrices europeas «suponen aniquilar al sector pesquero», recalca el presidente de la Federació de Confraries de Pescadors, Domingo Bonnín. El presidente ejemplifica que con una nueva reducción del 40 % de los días permitidos para faenar «no será rentable salir a pescar». «Estamos cansados que se nos criminalice por todos los problemas que sufre el Mediterráneo, sin tener en cuenta otros factores como las depuradoras, el cambio climático, la pesca recreativa, etc». Bonnín recuerda que los pescadores profesionales no son ajenos a la «necesaria contribución a la mejora de los recursos pesqueros» pero que estas deben realizarse de forma gradual para que la flota pueda operar y sea sostenible.
Realidad insular
Una vez más, la normativa europea no ha tenido en cuenta la realidad insular. Baleares cuenta con 35 embarcaciones de arrastre distribuidas en 12 puertos pesqueros, una cifra que ha ido menguado año tras año. El número de embarcaciones no es comparable a las más de 300 barcas de ‘bou' que hay en Catalunya y Valencia con un número similar de quilómetros de costa. Bonnín enfatiza en que la pesca en Balears es la más sostenible del Mediterráneo occidental, un punto que en los estudios europeos no se ha tenido en cuenta y se ha optado por el «café para todos», como lamenta el presidente de los pescadores.
Por su parte, desde la Conselleria d'Agricultura i Pesca aseguran que comparten las reivindicaciones del sector, pero recuerdan que hay que «acatar» el reglamento europeo. Parte del sector lamenta la falta de una declaración pública de apoyo a los pescadores por parte del Govern como sí se ha producido en otros territorios. El director general de Pesca, Joan Mercant, asegura que «no hemos querido apuntarnos al carro de las declaraciones mediádicas» como han hecho en Catalunya y València. Mercant apuesta por «buscar alternativas» que permitan la viabilidad del sector. «Sabemos que están al límite y no es justo una reducción igual en todo el Mediterráneo cuando la presión pesquera aquí es diez veces menor». El jueves Mercant se reunirá con los responsables del Ministerio para plantear de nuevo una alternativa.