Las restricciones impuestas por el Govern al socaire de la pandemia y la falta de ayudas también por parte del resto de instituciones han llevado a Es Burotell a una situación económica insostenible y su propietario se plantea el cierre de la granja–escuela.
En declaraciones a Radio Calvià, Rafael González asegura que el 14 de marzo de 2020 tuvieron que echar el cierre, la única actividad que ha podido llevar a cabo fue la de la escuela de verano, apenas un mes y medio de puertas abiertas. Explica González que, antes del estallido de la pandemia y por espacio de 18 años, pasaban anualmente unos 7.000 escolares por las instalaciones de Es Burotell, donde aprendían sobre la vida que se llevaba campo.
Rafael González asegura que el ocio infantil ha sido el gran olvidado durante el último año y las ayudas a establecimientos como Es Burotell, s'Olivaret, Binicanella, las colònies de Sant Pere y Sant Jordi e Hipocampo han sido nulas. No obstante, el grueso de las críticas son para la Conselleria d'Educació, cuyos inspectores restringen al máximo las excursiones y salidas a la naturaleza, pese a que ésta es más segura que el interior de un aula. «Con mascarilla y grupos burbuja, una visita aquí es más segura que hacer una clase en un aula», asegura González.