Las bodegas que forman parte de la Denominación de Origen Binissalem han finalizado la campaña de vendimia con un resultado esperado, una cosecha un 26% menor que la de 2019. Dos factores que han incidido en esta merma han sido la plaga de Mildiu provocada por las lluvias de mayo y junio, y el hecho de que algunos viticultores se han acogido a las ayudas a la vendimia en verde - es decir, dejar perder la cosecha - ofrecidas por el Gobierno para evitar una fuerte caída de los precios por la crisis sanitaria y la caída del turismo.
La DO crece
Aún en estas circunstancias la DO Binissalem se ha visto reforzada con la incorporación de dos nuevas bodegas, Microceller Soca-Rel en Consell y Bodega Santa Catarina en Sencelles. Con ellas ahora la DO suma 13 bodegas repartidas en los municipios de Sencelles, Santa Maria, Binissalem, Santa Eugènia y Consell. La vendimia comenzó el 6 de agosto y finalizó el 13 de octubre con la variedad Cabernet Sauvignon, una de las más tardías.
La producción total destinada a elaborar vinos bajo el distintivo de calidad de la DO Binissalem ha sido de 1.065.868 kilos de uva. De esa cantidad, un 72% corresponde a variedades tintas y el 28% restante a uvas blancas. En los viñedos adscritos a la DO, las variedades de uva autóctonas representan el 57% del total de cepas, un dato que aumenta un 4% respecto a la campaña anterior. Entre las tintas, la predominante es el Mantonegro, con un 49%, muy por encima del Callet (5%) y de una testimonial Gargollassa (0,3%). Entre las uvas blancas autóctonas, destacan la Moll (52%) y Giró Ros (12%).
La campaña de 2020 ha pasado por un junio fresco y húmedo, seguido de dos oleadas de días de calor extremo, una a finales de junio y otra a finales de julio. Tras un agosto y septiembre suaves, la vendimia se ha desarrollado en condiciones óptimas.