El alcalde de Pollença, Tomeu Cifre Ochogavía (Tots), quiere que el Consell de Mallorca pida al Gobierno central que suspenda las restricciones del tráfico de vehículos particulares entre la playa y el faro de Formentor durante el verano de 2020.
Entiende que las medidas de confinamiento actual, y el cierre de fronteras, impedirán por si mismas la saturación de esta vía que en el verano de 2017 (antes de las limitaciones) soportaba una intensidad media de unos 5.000 vehículos al día.
Fuentes del departamento de Mobilitat del Consell recuerdan que las restricciones se publicaron en el Boletín Oficial del Estado (BOE) en febrero de este año y que a día de hoy no se prevé suspenderlas debido a la crisis de al COVID-19. Las restricciones entran en vigor el 15 de junio y finalizan el 15 de septiembre.
Desde 2018 el tráfico de vehículos privados por la carretera está prohibido entre las 10 horas y las 19 horas cada verano, salvo para que los residentes accedan a sus casas y los trabajadores y visitantes con problemas de movilidad accedan al faro.
Con la idea de ofrecer una alternativa de acceso más sostenible a los visitantes el Govern puso en marcha ese mismo año un servicio de buses lanzadera desde el Port de Pollença y la playa de Formentor que se reforzó en el verano de 2019.
El alcalde de Pollença advierte ahora que «el riesgo de contagio es mayor en el transporte público que en los vehículos privados» por lo que entiende que «no tiene sentido mantener la restricción y elevar el riesgo». «Los pocos turistas que vengan podrán ir a Formentor sin que exista un estrés», añade Cifre Ochogavía.
Cabe recordar que el Ajuntament, el Consell, el Govern y el Gobierno central han coincidido todos estos últimos años en la «necesidad» de poner freno a la masificación de vehículos en esta y otras carreteras situadas en parajes sensibles.
No obstante entre ellos han surgido ciertas discrepancias. El Ajuntament era partidario de cerrar la carretera desde el Port de Pollença en lugar de hacerlo desde la playa. Defendía hasta ahora que el cierre parcial (entre los puntos kilométricos 8,7 y 19,6) ha trasladado los atascos al tramo comprendido entre el kilómetro 0 y el kilómetro 8,7.
No solo los coches y motocicletas tienen prohibido el acceso sino también los autobuses que históricamente habían realizado excursiones al faro de Formentor. No en vano la Federación de Transporte de les Illes Balears, lleva dos años peleando con el Govern para que apruebe una regulación horaria específica que les permita seguir ofertando estas excursiones.
El Govern no ha cedido hasta ahora a las exigencias de la patronal que llegó a amenazar con recurrir a los tribunales por los perjuicios económicos que les supone la medida que consideran además que «beneficia» a la única empresa privada concesionaria del servicio de bus lanzadera. En los dos primeros meses de funcionamiento 34.000 personas subieron al bus.