Xisco Porcel dirige el ‘Paguera Treff Boutique Hotel', un establecimiento familiar de 38 habitaciones situado en el centro de una de las localidades cuyo turismo es una referencia para la Isla. El hotelero encarna la tercera generación al mando del hotel, que nació en 1947.
¿Qué tipo de clientes tienen?
—Nuestro principal cliente es centroeuropeo, sobre todo alemán. Combinamos la oferta de sol y playa con el turismo activo en temporada media-baja, con ciclistas o senderistas. Hace dos años reformamos el hotel con el objetivo de desestacionalizar y estamos muy orgullosos de abrir diez meses al año.
¿Trabajan con touroperadores?
—Sí, la touroperación no la podemos soltar. Nos funciona muy bien. La cuestión es combinar las tres opciones: toruoperación, agencias online y venta directa al cliente, que en los hoteles pequeños es una parte considerable.
¿Habían abierto antes del coronavirus?
—Sí, en febrero. Estábamos empezando bien la temporada de la mano del turismo activo. Las reservas para el verano anunciaban el mejor año de los últimos diez. Iba a ser una temporada importante en un momento crítico tras la inversión.
¿Qué perspectivas tienen para esta temporada?
—Por desgracia nos corresponde actuar frente a una situación inesperada. Trabajamos con el peor escenario, que sería no abrir el hotel este año. Las decisiones ahora van enfocadas a mitigar los problemas de liquidez para subsistir doce meses sin operar. Es imposible marcar fechas, la crisis sanitaria aún no está solucionada.
¿Contemplan abrir sólo los meses de temporada media-baja?
—Ahora mismo nos están cancelando las reservas de mayo. Tenemos muchas entre junio y noviembre que todavía no se han anulado. El cliente no ha entrado en pánico, sigue queriendo venir. Hay mucho trabajo por hacer en cuanto a los protocolos de seguridad.
¿Abriran antes en 2021 para compensar estos meses de inactividad?
—Somos de los primeros hoteles en abrir cada año. No cerraríamos, pero abrimos cuando se crea la demanda. La incertidumbre es muy grande. Si empezamos en febrero ya será un éxito.
¿Cuál es la situación de los trabajadores ahora mismo?
—A pleno rendimiento somos 17; la mayoría, fijos discontinuos. Cuando empezó la crisis tomamos medidas y tuvimos la ayuda por parte de la Administración con el ERTE. Todos los trabajadores se acogieron a él. Esperemos que se prolongue hasta que podamos abrir.
¿Tienen un protocolo para clientes por la Covid-19?
—Algunas empresas nos están enviando información, pero no hay nada definido. Quien ha de marcar esos protocolos ha de ser la administración. Pedimos que se adelante el trabajo para operar cuando sea posible. La seguridad sanitaria va por encima de todo.
¿En qué consiste el corredor sanitario con Alemania y Austria que han planteado?
—En Baleares y Canarias tenemos unos parámetros sanitarios mejores que en la península y parecidos a los de Alemania y sus vecinos. Se habla mucho de compensar la falta de turismo internacional con el nacional, pero vemos más lógico abrir con los alemanes. Sería un turismo que ayudaría impactaría muchísimo en la economía y ayudaría reducir las consecuencias negativas.
¿Le han expuesto esa idea la Administración?
—Sí, hemos hablado con el Ayuntamiento de Calvià y la FEHM también se lo ha planteado al Consell insular y al Govern. Estamos esperando a que nos hagan llegar cuál es la situación al respecto. Ahora se debe trabajar a fondo en tener muy claro cuáles van a ser los protocolos para el transporte de turistas desde sus países de origen hasta Mallorca.
¿Qué medidas de apoyo reclaman?
—Le pedimos a la Administración que nos ayude en la reducción de costes mediante los tributos locales y nacionales. Si no, no llegamos. Necesitamos medidas que eviten que perdamos liquidez, pero la mayor ayuda será que consigan que podamos trabajar lo antes posible.