El Ajuntament de Bunyola suspendió este jueves de forma cautelar la construcción de un pabellón de caza de 475 metros cuadrados con piscina en una finca rústica de 4.750.000 metros cuadrados, situada a 1.000 metros de altitud en la cima de la Serra d'Alfàbia y proyectada como futuro coto de caza mayor.
Pese a que el proyecto urbanístico cuenta con todos los permisos municipales correspondientes y los informes favorables preceptivos, el alcalde de Bunyola, Andreu Bujosa, (horas después de que el GOB denunciara de manera pública el inicio de las obras del pabellón) firmó este jueves un decreto en virtud del cual frena el desarrollo de los trabajos para repasar de forma exhaustiva el expediente de licencia de obras y confirmar que, efectivamente, no falta ningún papel y todo está perfecto orden administrativo.
Según fuentes del Consistorio bunyolí, el proyecto urbanístico en la cima de la Serra d'Alfàbia, cuya tramitación se inició en 2008, cuenta con todas las licencias necesarias, concedidas y avaladas por los técnicos municipales, y con un informe favorable de la Conselleria de Medi Ambient del Govern. Sin embargo, tras la alerta ecologista, el gobierno municipal liderado por Bujosa parece no tener del todo claro que no pudiera faltar la incorporación en el expediente de algún otro informe del Govern. Hasta obtener esta confirmación, las obras del pabellón permanecerán paralizadas.
Pese a las cautelas sobrevenidas a raíz de la denuncia del GOB (que, aunque se sorprende, reconoce que, según el Pla Territorial de Mallorca, la finca afectada sólo tiene la consideración de Área Rural de Interés Paisajístico, calificación que no impide las nuevas edificaciones), la responsable del departamento de Territori del Consell de Mallorca, Mercedes Garrido, advirtió este jueves de que el proyecto que se ejecuta cerca de las antenas de telecomunicaciones de la Serra de Alfàbia no sólo cuenta con licencia urbanística y una autorización de la Conselleria de Medi Ambient del Govern, sino que acredita también los permisos que debe conceder el departamento de Territori del Consell. «Se trata de actos reglados y si cumplen con los requisitos exigidos poca cosa se puede hacer. Se trata de un proyecto que, en los últimos diez años, ha tenido muchas idas y venidas, pero que al final ha cumplido con todo lo exigido», señala Garrido.
Según el portal inmobiliario NVG International, la finca de 4,7 millones de metros cuadrados (recientemente adquirida por un fondo de inversión holandés) se oferta aparejada con una autorización de coto de caza mayor y el proyecto urbanístico ahora suspendido. Esto es, un pabellón de caza de 474 metros cuadrados en una sola planta, respetando el desnivel natural del terreno, equipada con piscina y con la siguiente distribución: «Un amplio salón con moderna cocina, comedor de concepto abierto, aseo de invitados, cuatro habitaciones con baños en suite, lavandería, sala multimedia, garaje con capacidad para tres coches, sala de máquinas y un porche de 40 metros cuadrados», según informa la web inmobiliaria. Asimismo, dispone de línea eléctrica, conexión telefónica y una cisterna privada.
Por otra parte, el predio también cuenta con dos caminos privados. Uno asfaltado que arranca en la entrada de la finca (situada a 750 metros sobre el nivel del mar) y tiene una longitud de 6,8 kilómetros de longitud y 4,25 de ancho; y un segundo de tierra, accesible a vehículos, de 12 kilómetros de largo y 3,5 ancho, «el cual será pavimentado con la creación de sus respectivos cortafuegos», reza la oferta de NVG International. Una obras que también fueron paradas.
Tal y como adelantó Ultima Hora el pasado 30 de enero, Medi Ambient paralizó los mencionados trabajos de mejora del vial por no contar con las autorizaciones preceptivas. La denuncia resultante ha sido remitida a la Agència de Defensa del Territori.