Llucmajor celebró este domingo la Darrera Fira, que a pesar de que este año no va a ser la última sí que por tradición es tenida por la más importante de las que acoge el municipio.
Igual que la Mostra la Llampuga de Cala Rajada, la Darrera Fira estuvo marcada por la tragedia acontecida en Sant Llorenç des Cardassar y otras localidades de la zona de Llevant, tal y como recordó el alcalde, Gori Estarellas. Así, el luto seguido por el Consistorio hizo que se aplazaran las tradicionales inauguraciones por parte de las autoridades de las exposiciones y la Mostra Llucmajorera del sábado al domingo.
Después de un minuto de silencio para recordar a las víctimas de las inundaciones, se cortó la cinta y las autoridades visitaron la Mostra.
Con más de una treintena de puestos, la Mostra fue un fiel exponente de la representación empresarial del municipio de Llucmajor. Señalar también hubo espacio para la reivindicación, ya que la Assemblea Anti-Autopista montó un puesto desde el que informaba de su postura a los interesados.
Debe destacarse también la vigésimo primera edición de la muestra y el concurso de la Ovella Roja Mallorquina –tan arraigada en la Marina de Llucmajor–, el concurso de perros organizado por la asociación animalista de Llucmajor, la exposición de cans de bestiar, la nutrida exposición de maquinaria agrícola y otras exposiciones artísticas que se dieron cita en la Darrera Fira.