La madrugada del 28 de diciembre no fue tranquila en el Pla de Mallorca. Algunos pueblos han amanecido con la huella de las inocentadas de los quintos, que siguen fieles a la tradición y han reafirmado su próxima mayoría de edad con sus inocentadas.
Uno de los pueblos 'víctima' de sus inocentadas ha sido Sineu, donde metieron jabón en el Abeurador, que dio lugar a agua espumosa; arrancaron las porterías del campo de futbito; vistieron la estatua de Jaume II con una estelada y le taparon los ojos con un antifaz rojigualdo... En la casa consistorial colgaron un cartel con el lema «Es llogue (sic.) per lladres» y escribieron un deseo sobre el asfalto: «Els carrers seran sempre nostres».
En Montuïri, los quintos cumplieron con la tradición y actuaron en la plaza del Ajuntament llenándola de paja, papel higiénico, tapiando la entrada a las oficinas municipales y colgando una pancarta desde el balcón consistorial irónica alusiva al ?enfado? del teniente de alcalde por la inocentada.
Estos últimos años, los quintos de Vilafranca y Petra han aumento su rivalidad actuando no solo en sus respectivos pueblos. Los vilafranquers, fieles a la tradición, precintaron la plaza Major de Vilafranca y el propio Ajuntament.
También se desplazaron a Petra para actuar en la estatua de Sant Juníper Serra, que fue objeto de lanzamiento de huevos, pero fueron sorprendidos por los quintos petrers. Estos, por venganza, cargaron estiércol de animal y lo esparcieron por diferentes puntos del pueblo de Vilafranca siendo después interceptados por los propios vilafranquers que les dedicaron varias docenas de cartones de huevos.