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La fábrica de zapatos George's en Inca cierra sin llegar a un acuerdo con los empleados

Los trabajadores se manifestaron este viernes ante las puertas de la fábrica. | Maria Nadal

| Inca |

Fin de la fábrica de zapatos George?s de Inca. Este viernes acabó el plazo legal de consultas para negociar los despidos sin que se haya logrado ningún acuerdo entre los trabajadores y la propiedad de la empresa, los hermanos Aurora y Jordi Coll. Los empleados no aceptaron la indemnización de 20 días por año trabajado que ha ofrecido la empresa desde el principio de las negociaciones, por lo que se firmó la finalización del proceso sin acuerdo.

A partir de ahora, está previsto que la dirección dé la carta de despido a todos los trabajadores el próximo lunes y, previsiblemente, el miércoles de la semana que viene presente el concurso de acreedores necesario para que los empleados puedan cobrar la indemnización del Fondo de Garantía Salarial. El representante de los trabajadores Paco Valero explicó tras la reunión que «al menos ya se ha terminado todo. La reunión de este viernes se ha hecho porque la ley así lo dice, pero ya sabíamos que no conseguiríamos nada». Valero dijo que «no hemos aceptado las condiciones que nos ponía la empresa, pero el lunes nos darán la carta de despido y al menos podremos ir al paro».

Esta fue la conclusión de la reunión que se celebró después de una manifestación de los trabajadores en las puertas de la fábrica que está cerrada al público desde finales de agosto. Los empleados se reunieron y colgaron pancartas en la fachada del edificio como muestra de su malestar con la dirección de George?s. En ellas se podía leer «los empleados de George?s queremos nuestros derechos. Todos tenemos familia», «queremos cobrar, George?s no nos quiere pagar» o «Aurora Coll, como presidenta de Afaca, da ejemplo y paga a tus empleados».

De hecho, este acto no gustó a la propiedad de la empresa y así lo hizo saber a los empleados que explicaron que «no nos podíamos quedar de brazos cruzados. Hemos sido muy respetuosos durante las tres semanas que han durado las negociaciones, pero tenemos que defender nuestros derechos». Aún así, ya antes de entrar a la última reunión, los mismos empleados decían que «no conseguiremos nada».

Siempre según la versión de los trabajadores (la propiedad no ha querido hacer declaraciones), «la empresa tiene un agujero económico y dice que no puede hacer frente a los pagos». De hecho, los empleados no han cobrado ni la nómina de agosto y aún no saben cuando la cobrarán. Los trabajadores explicaron también que una empresa francesa se interesó por la compra de la fábrica pero que el pasado 31 de julio anunció que renunciaba a la compra por ser inviable. El cierre inminente de la empresa se comunicó a los empleados el pasado 24 de agosto.

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