Al malestar vecinal por el cierre sine die de la piscina municipal de Peguera, se le suma ahora las quejas de los hoteleros y comerciantes de esta zona turística que ven como la temporada arranca con las calles ‘patas arriba', llenas de obras y con el consiguiente ruido y polvo.
Tradicionalmente, en Peguera la temporada turística se inicia a finales del mes de febrero, antes que en el resto de zonas del municipio, y las previsiones de este año se presentaban especialmente halagüeñas.
Sin embargo, las obras públicas que se llevan a cabo en las principales calles de la localidad, y muy concretamente en el bulevar, están ocasionando más molestias de las esperadas a vecinos, comerciantes y restauradores, quienes acusan al Ajuntament de Calvià de absoluta falta de previsión.