«Endesa quiere demoler prácticamente toda la vieja central, incluidas las torres y parece que Patrimoni quiere declararla BIC. El Ajuntament tendrá que mediar en esta situación para buscar una solución que permita conservar la singularidad de la zona y acabar a la vez con los problemas de ratas y degradación». Con estas palabras, el alcalde de Alcúdia, Antoni Mir, explicaba este jueves la situación sobre la central eléctrica de Alcanada. Mir espera reunirse la semana próxima con la directora insular de Patrimoni, Kika Coll, para evaluar la situación de la antigua central, catalogada con el nivel de protección B y que figura en el Pla Territorial como Área de Interés Paisajístico.
El proyecto de demolición que registró el viernes Endesa en el Consistorio contempla prácticamente la demolición integral del conjunto, incluidas las características chimeneas. Tiene un coste de 6,9 millones de euros. De los edificios existentes en la parcela sólo se conservarían la planta desaladora y la subestación eléctrica que a día de hoy sigue operativa.
El Ajuntament se reunirá con Patrimoni para analizar el futuro de la central. Territori tendrá la última palabra ya que no se pueden conceder licencias en la zona sin su autorización por tratarse de un Área de Intervención Paisajística.