El 17 de julio se cumplen tres décadas desde que sa Punta de n'Amer, en sa Coma, fue declarada Área Natural d´Especial Interés (ANEI). Lo que hoy es un espacio protegido estuvo a punto de albergar una macro urbanización que hubiera contado con un puerto deportivo, un campo de golf, una zona hotelera además de chalets.
Hoy, gracias a la presión popular, el Llevant cuenta con 200 hectáreas protegidas, entre dos núcleos turísticos (Sa Coma y Cala Millor), con una amplia variedad biológica además de una gran riqueza geomorfológica y un patrimonio cultural con restos pretalaióticos y talaióticos así como un Castell del siglo XVII. Elementos que convierten este entorno en un lugar de gran atracción social y turística.
La protección de este espacio fue posible gracias a la presión popular pero también por un «choque de intereses entre el PP y UM». Así lo defiende Antoni Sansó, actual asesor de Turisme del Govern, era regidor por el PSM en la legislatura 83-87 cuando se desencadenó toda la polémica. Sansó lo tiene claro. «No ganamos sa Punta de n'Amer porque políticamente tuviéramos la mayoría sino porque políticamente PP y UM no se entendieron. Hubo un choque de intereses que al final y, curiosamente, acabó aprobando por unanimidad en el Parlament la protección de este espacio. El PP en principio estaba a favor de urbanizar pero no tenía mayoría. UM defendía una urbanización mucho menor de la que presentaban los promotores. Por ello presentó una enmienda a la ley que no prosperó. Lo del Trenc era reciente así que ningún partido quiso salir como el responsable de una urbanización en primera línea y todos los partidos se sumaron a la defensa del territorio. Gracias a esta guerra entre partidos se salvó sa Punta de n'Amer», concluye.