Cientos de jóvenes, y no tan jóvenes, han llenado este domingo las calles de Sencelles durante una jornada en la que han vivido intensamente los actos programados por la Comissió Embala't (la fiesta no la organiza el Ajuntament aunque sí colabora), y que ha terminado con la ansiada batalla en la que paja y agua son la inofensiva munición.
El inicio de la fiesta fue a mediodía, con el pregón y la vuelta en mobylette que consta de juegos y una excursión para preparar la paja. A la hora de comer, la plaza Nova se convirtió en un gran restaurante al aire libre donde los comensales degustaron los tradicionales fideos de roter, el plato típico de la fiesta.
Por la tarde, los xeremiers acompañaron a los participantes a las afueras del pueblo, a la finca de Es Cós, desde donde arrastraron la paja hasta la plaza Nova para dar comienzo a la batalla. El momento culminante fue cuando las dos balas entraron en la plaza y, en cuestión de minutos, quedaron reducidas a nada.