La futura gobernabilidad del Ajuntament de Llucmajor está en manos de los dos concejales electos del PI, lo que equivale a decir que todo depende del voto de Bernardí Vives y Maria Antònia Gil Clar en el pleno de investidura del próximo 13 de junio.
En función de su decisión podrá darse un gobierno de centro izquierda con PSOE y Més, o, por contra, uno de centro derecha con PP y ASI. Aunque la marca blanca de Podemos, Sí Se Puede Llucmajor, obtuvo el domingo representación municipal, su solitario edil es totalmente prescindible a la hora de articular uno u otro pacto.
El candidato del PI a la Alcaldía no desveló cuales son sus preferencias a la hora de sellar alianzas. «Ahora toca abrir un periodo de reflexión», apuntó Vives, quién añadió que la junta local de los regionalistas tendrá mucho que ver en una decisión que debe adoptarse «pensando siempre en qué es lo mejor para Llucmajor». Un pueblo que, a juicio de Bernardí Vives, el domingo «habló claro» en las urnas.
Sobre las alianzas que puedan producirse por la izquierda, el candidato de MÉS, Jaume Tomàs, dejó claro que, por su parte, no negociarán sillas sino un proyecto de gobierno.
Por parte del PSOE, Gori Estarellas aseguró que los resultados electorales evidencian que Llucmajor «ha pedido un cambio» tras más de 20 años de sucesivos gobierno del PP.
El candidato del PP y actual alcalde de la localidad, Joan Jaume, recordó que, pese a perder la mayoría absoluta, la lista que lidera fue la más votada el domingo, un detalle que le obliga a tomar la iniciativa a la hora de conseguir los apoyos que le faltan para configurar una mayoría estable.