El Govern ha decidido autorizar la venta de agua potable de las desaladoras para regar campos de golf ante la evidencia de que al menos dos de estas instalaciones, las de Alcúdia y Andratx, apenas tienen uso pero su mantenimiento le cuesta al Govern siete millones de euros al año.
Por el momento, la venta de aguar para regar estas instalaciones deportivas de limita a estas dos infraestructuras y no se extiende a la desaladora de Palma. El metro cúbico de agua se venderá a un euro, por encima de los 89 céntimos que paga Pollença por tener agua de la desaladora de Alcúdia durante tres meses al año.
Con la venta del agua, la Conselleria de Medi Ambient busca amortizar unas instalaciones que se proyectaron en la época en que Jaume Matas era ministro de Medio Ambiente. La de Alcúdia tiene un rendimiento del 15 por ciento de su capacidad; la de Andratx está completamente en desuso.
Cambio legal
Para poder autorizar la venta de agua, el Ejecutivo de José Ramón Bauzá tuvo que acometer una modificación legal ya que la venta de agua potable para riego fue prohibida taxativamente en 2008 por el Pacte de Progrés.
El Govern del PP aprobó una modificación legal en la llamada 'ley Company', que entró en vigor. La ley de medidas urgentes para la ordenación urbanística sostenible derogó el artículo aprobado por el Pacte que obligaba a regar con agua depurada.
Por lo tanto, la situación actual es que los campos de golf pueden regarse con cualquier tipo de recurso hídrico, ya sea superficial, subterráneo, agua regenerada o procedente de cualquier tipo de desaladora.
El plan hidrológico que está en estos momentos en fase de exposición pública para que se presenten alegaciones establece que los campos de golf podrán regarse tanto con agua depurada como con agua desalada.
Agua subterránea
Fuentes del Govern recordaron ayer que la Ley de Agua permite denegar concesiones de agua naturales, subterránea o superficial, si ello supone un perjuicio para el dominio público hidráulico. Por esta razón, asegura que ha decidido regular el precio de venta de agua desalada para que los equipamientos de golf puedan acceder a agua potable, que es de mucha mejor calidad que el agua que sirven las depuradoras que están en funcionamiento en Mallorca.