La corrida del centenario de la inauguración del coso inquer contó con más público en los tendidos que en la pasada edición. Los aficionados de la Isla pudieron disfrutar de un festejo muy entretenido a pesar de que el palco, presidido por Jaume Servera y asesorado por Bernat Castell y Jaume Rosselló, pecaran de benévolos. Pero ya se sabe, era San Abdón y algo hay que cortar.
'Finito de Córdoba' no pasó de aseada su labor en su primero y le concedieron una oreja. Su segundo, aunque distraído tuvo más son y de nuevo fue aplaudida su labor capoteril. Con la muleta pudo sacarle partido con tandas preciosistas, muy elegantes, con circulares invertidos y remates vistosos. Mató de estocada que bastó.
La expectación sobre todo en la solanera estaba centrada en 'El Cordobés', a quien las peñas no dejaban de animarle coreando «Ese Cordobés, que bonito es». Pero nada pudo hacer con su primero, muy flojillo, que se echó en cuatro ocasiones y tuvo que ser apuntillado. Verónicas de saludo a su segundo que se aficionó a dar volteretas, algo que preocupó al diestro. Lo cuidó desde el primer momento toreándolo muy bien con la franela, en redondo y al natural, templando y mandando como él sabe hacer cuando torea de verdad.
De repente vino un desplante seguido de tres saltos de rana y otro desplante más casi tocando la testuz del toro con la cabeza, poniendo la plaza boca abajo. Pero aquí no se acabó la faena sino que a sabiendas de la polémica que se está viviendo con la fiesta Nacional, viendo una bandera de España la pidió a la peña 'Café Esportiu' y poniéndosela anudada al cuello volvió a enjaretar pases vibrantes, y tras matar de estocada fulmiante la desplegó en el ruedo con el lema que ésta anunciaba «Soy taurino y español», haciendo que el público le ovacionara muy fuerte puesto en pie.
Dos orejas y rabo cobró, que por supuesto paseó, con la bandera anudada. Una de las mejores faenas, variada, y de buen toreo de la tarde la recetó a su primero Miguel Abellán, tras recibirlo de larga cambiada. Cortó una oreja al mejor toro de la tarde que fue aplaudido en el arrastre. Su segunda faena fue de más a menos y no tuvo suerte con los aceros.