Se hace el silencio, suenan las primeras notas de xeremia y la fiesta empieza entre colores, olores y danzas. De esta forma, los cossiers dieron ayer el empujón definitivo a las fiestas de Sant Jaume con el tradicional Quadrat. Entre una multitud expectante bailaron por las calles del pueblo al ritmo de las xeremies, los flabiols y los tamborins.
Los cossiers de Algaida, después de años de folklorización y de bailes para turistas, fueron recuperados en 1973. En julio de ese año volvieron a danzar por y para el pueblo. Hoy en día, son el orgullo de las fiestas algaidines y sus danzas hacen latir el corazón de los que viven en el pueblo y disfrutan con el olor a albahaca que esparcen los cossiers.
Pero si ayer ya era numeroso el público que los acompañó, esta mañana, a partir de las once será la iglesia la que acogerá el baile de l'Ofrena. Después la plaza será el escenario en el que algaidins y gente de todos los rincones del mundo vuelvan a disfrutar de las danzas más ancestrales de Mallorca.