Sin llegar a ser unas declaraciones formales sobre su imputación en la «operación Voramar», el celador de obras de Andratx, Jaime Gibert, contestó ayer con rotundidad a la pregunta expresa de Ultima Horasobre cómo calificaba su estancia en el presidio palmesano durante dos semanas.
«Una barbaridad porque soy inocente», dijo Gibert, y añadió que la libertad recobrada y la compañía de su familia estaban siendo sus principales activos en las últimas horas.
Jaime Gibert acudió ayer al juzgado que instruye el sumario de la «operación Voramar» para hacer entrega de su pasaporte y conocer las condiciones en las que queda reducida su libertad de movimientos.
Tras la comparecencia señaló que se afanará en preparar su defensa, desde el rechazo a la totalidad de los cargos que contra él ha formulado la Fiscalía.Gibert no podrá reincorporarse a su puesto en el Ajuntament d'Andratx hasta tanto no sea levantada la prohibición expresa del juez instructor del caso, que considera inapropiada actualmente su relación con documentos y situaciones del urbanismo de aquel municipio que están siendo evaluadas en el sumario.
Básicamente Jaime Gibert tratará de demostrar que sus incrementos patrimoniales sujetos a presunción de ilicitud por parte de Anticorrupción -al no corresponder con sus ingresos como asalariado- provienen de herencias y de los beneficios proporcionados por el establecimiento de textiles que su esposa gestiona desde hace dos décadas.
Precisamente la tienda de ropa de niños «Colorins» cerrará ahora «unos meses» para realizar obras que, según los propietarios, estaban previstas con anterioridad.