MARGALIDA PALMER
Un muro de poca altura se desplomó el pasado domingo dentro del
recinto escolar del colegio público de Esporles. El derrumbe del
muro, que forma parte de un proyecto urbanístico que se ejecuta
junto al colegio Gabriel Comes i Ribas, ha reabierto la polémica
sobre si estas obras cumplen o no con las medidas de seguridad
adecuadas.
De hecho, las obras iniciadas el pasado mes de septiembre han sido motivo numerosas quejas tanto por parte de la dirección del centro y de la Asociación de Padres y Madres de Alumnos como por parte del grupo de la oposición PAS-PSM, que el pasado mes de octubre llegó a pedir públicamente la dimisión del alcalde «por incapacidad para hacer cumplir la normativa urbanística». En opinión de los nacionalistas, estas obras se realizaban sin un mínimo de seguridad.
Ebatle popular, Jaume Pou, quiso dejar claro ayer que «las obras cumplen con todas las medidas de seguridad exigidas. Hay un informe del arquitecto municipal que lo asegura».
Pou subrayó que el motivo del desprendimiento fue el fuerte vendaval del fin de semana y aseguró que la empresa constructora comenzó ayer mismo a trabajar en la reconstrucción del muro.
Afortunadamente, el desplome se produjo el domingo al mediodía estando el colegio cerrado y no hubo que lamentar daños personales. Gran cantidad de ladrillos, piedras y tierra cayeron dentro del recinto escolar, concretamente en una zona utilizada como patio de recreo los alumnos de Educación Infantil.