El espacio público de las lagunas de Can Figuera, a las que van a parar las aguas residuales tratadas por la depuradora de Binissalem, pasará a convertirse en un centro de recepción de visitantes. Se trata de una serie de balsas donde viven de manera estable o temporal aves protegidas, autóctonas y migratorias.
En estos momentos, el Ajuntament de Binissalem y la asociación ecologista Grup d'Amics en Defensa del Medi Ambient (Gadma) elaboran un convenio que posteriormente firmarán para gestionar este espacio público que podría ser una alternativa al turismo de la costa.
El alcalde de Binissalem, Miquel Nadal (PSOE), indicó: «Nuestra intención es reactivar el proyecto que iniciamos con la Conselleria de Medi Ambient del Govern en 1994 para que este espacio pueda convertirse en un centro de aves y fauna».