La reapertura de la línea de ferrocarril Inca-Manacor ha levantado polémica de nuevo. Esta vez, el debate proviene de la fuerte oposición de un conjunto de vecinos a la demolición de un antiguo puente de piedra construido a finales del siglo XIX por las obras de ferrocarril que realiza la Conselleria d'Obres Públiques.
La demolición del puente que tiene una altura de 4'5 metros de luz se debe al proyecto de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) que contempla levantar una plataforma de casi dos metros de desnivel sobre la línea del suelo y, de esta manera, el tren supera la altura del puente.
Por este motivo, SFM procederá a derribar este elemento arquitectónico como solución al paso del tren. La decisión de derribar el puente adoptada por SFM ha chocado con la oposición vecinal. «La demolición de un antiguo puente no tiene sentido y, además, se trata de una joya arquitectónica que es patrimonio de todos», argumenta una vecina.
Los denunciantes, que han preferido mantenerse en el anonimato, aseguran que en los planos de SFM no constaba este elemento arquitectónico y «por este motivo, se tuvo que adoptar esta solución de urgencia para que el tren pueda pasar por el trazado previsto», aseguran los afectados. Ante esta situación, visto que no existe ningún catálogo que proteja los puentes, los vecinos acudieron a la arqueóloga municipal de Manacor, Magdalena Salas, que se desplazó a la zona.