El Santuario de Consolació de Sant Joan parecía ayer al mediodía un recinto de exposición de motos de todo tipo, antiguas y de gran cilindrada. Llegaron alrededor de 270 motos.
Pantalones de piel, chalecos, pañuelos, pantalones cortos, gorros o camisetas de propaganda de sus respectivos clubs se dejaron ver para dar buena cuenta de una enorme paella que se preparó para 300 comensales. De hecho no cabían más.
Con este éxito de participación se estrenaba este año una nueva actividad enmarcada en el 46 aniversario de la Penya Motorista de Sant Joan que por San Cristóbal convoca a los diferentes clubs para celebrar la fiesta del patrón de los conductores y bendecir sus vehículos.