Una representación de los propietarios del edificio se entrevistó con el delegado de Servicios Generales, Francesc Acuñas (PSOE), para encontrar una solución adecuada con el fin de evitar que la zona se degrade. Actualmente, el edificio tiene una entrada y salida por donde la gente puede acceder para poder contemplar la Torre del Palau, que es lo único que queda del palacio real donde el rey Jaume II tenía su residencia de ocio. Los vecinos apuntan que cuando oscurece la gente que pasa por la zona de la Torre se siente insegura al comprobar que se reúnen grupos de jóvenes que «no hacen nada bueno».
El regidor Francesc Acuñas ha confirmado que «algunas veces se crean problemas y por parte del Ajuntament consideramos que el recinto se debe cerrar. No obstante, quedamos con los propietarios que ellos nos presentarían el presupuesto y que nosotros nos encargaríamos de costear las obras porque somos conscientes que esta zona se debe resguardar de la degradación que puede sufrir si durante las noches se presentan grupos de jóvenes que les pega por hacer pintadas o fumar porros»
La torre del Palau es objeto de una curada restauración que realiza una brigada de Fodesma del Consell de Mallorca. Según ha explicado la responsable del área de Cultura i Joventut, Maria Antònia Vadell, «técnicos del Consell han realizado el proyecto de las barreras adecuadas para que se puedan instalar en el recinto».