Un grupo de arqueólogos descubrió ayer el pozo originario de la villa entre los escombros de la excavación que se realiza para construir los 160 aparcamientos subterráneos de la Plaça de Can Pere Ignasi. Según los técnicos, se conocía de la existencia de este pozo que podría tener sus orígenes en el siglo XIV, durante la fundación de la villa en el año 1300, y que fue reformado en el XVI. Este pozo abastecía a todo el pueblo. La arqueóloga Elena Anglada fue quien descubrió el pozo, si bien explicó que no se puede decir que parte haya sido destruido con estas obras.
Asimismo, Guillem Mas, miembro del equipo que se encarga de la dirección de obra explicó que «este tipo de pozos consisten en un agujero en la tierra, por este motivo es muy difícil conservarlo cuando se está realizando una excavación». «No sabíamos donde se encontraba. De todos modos, la excavación realizada tiene 60 centímetros y el pozo sólo se ha recortado en esta longitud», añadió.
La Comissió de Patrimoni Històric hace un año paralizó la excavación de los aparcamientos y exigió que se contratara un arqueólogo para supervisar la obra. Pero cuando esto sucedía la excavación ya se estaba realizando y los arquitectos de la obra denunciaron que se estaba haciendo sin el perceptivo proyecto de ejecución. ARCA advirtió en diversas ocasiones de la presencia de este pozo, considerado como el que suministraba agua a todo el pueblo en sus inicio, así como que en la zona donde se realizan las obras está afectada por un expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural.