Los empresarios de varias líneas regulares de transporte público colectivo por carretera que no tienen como punto de partida Inca han mostrado su rechazo al hecho de tener que centralizar sus servicios en la futura terminal de autobuses que se construyendo en la ciudad. De hecho, los vehículos que cubren estas líneas que no tienen Inca como punto de salida o llegada realizan la parada en diferentes puntos de la ciudad.
Según el alcalde, Pere Rotger, «los empresarios temen que el hecho de tener que pararse precisamente en la terminal les supondrá perder tiempo, entre 15 y 20 minutos, además del coste económico que ello conllevará». Además, aseguró Rotger, «temen la competencia que les hará el tren al estar situada la estación a pocos metros de la terminal».
El alcalde, que asistió a una reunión con transportistas y representantes de la Conselleria de Foment, manifestó que no quiere imponer nada a nadie, pero de forma gradual se deben centralizar todas las líneas en la terminal.